¡Qué te pasó chascón metalebrio!

Soy el que nunca aprendió
desde que nació
cómo debe vivir el humano
llegué tarde, el sistema ya estaba enchufado
así funcionando.
Siempre que haya reunión
será mi opinión
la que en familia desate algún bardo
no puedo acotar, está siempre mal
la vida que amo.

Caminito al costado del mundo
por ahí he de andar
buscándome un rumbo
ser socio de esta sociedad me puede matar.

Y me gusta el rock, el maldito rock
siempre me lleva el diablo, no tengo religión
quizá éste no era mi lugar
pero tuve que nacer igual.

No me convence ningún tipo de política
ni el demócrata, ni el fascista
porque me tocó ser así
ni siquiera anarquista.

Yo veo todo al revés, no veo como usted
yo no veo justicia, sólo miseria y hambre
o será que soy yo que llevo la contra
como estandarte.

Perdónenme pero soy así soy, yo no sé por qué
se que hay otros también
es que alguien debía de serlo, que prefiera la rebelión
a vivir padeciendo

¿Y qué le pasó al chascón irresponsable que anhelaba estudiar música con el sólo fin de ser un rockstar? aquél que tiraba piedras a los pacos y que no entraba a clases por una pinchanga en canchas del peda. Que le cantaba a la chela un tema que él mismo inventó - llamado una noche de lujuria y rock.
¿Qué nos queda de esa cabellera larga, de ese montón de sueños de chico arrojado a la vida, del romántico bohemio ladrón de unos pocos besos mentirosos que hacía perder el tiempo a una que otra fémina hablando de una pseudo-filosofía que hoy es puro misticismo barato?
¿Qué paso con el desprolijo que quería tener dreadlocks que en la aparienciencia no ponía el menor esfuerzo, que soñaba con Pink Floyd y volarse por vez primera escuchando A saucerfull of secrets?

A nadie le interesa.


Lo mató el poeta, el maldito poeta latinoamericano que habita en cada hombre - macho por cierto - de este lado del mundo. Que se transforma inevitablemente en Neruda y pierde la cabeza ante un buen par de piernas, que obviamente se subliman y ya son mucho más que aquello. Son la idea de belleza que buscaba el jóven Sócrates y el resto de los veritatófagos de la tradición occidental.
Ese poeta que cantó a destiempo lo que debió haber cantado en otro pasado que no vuelve. El que podía expresar el silencio que se escribe en un papel, mas nunca lo hizo. QUE DEJÓ DE SER EGOÍSTA Y PASÓ A SER ALTRUÍSTA... (Nota: debo buscar el término medio de ambos).

¿Dije que a nadie le interesa?

Un mundo que ya no lo sobrepasa, que ya no se le derrumba, que le enseñó que en la vida hay que jugar a ser ganador, a no poner la otra mejilla para vivir en la memoria colectiva, que a la larga, es la única forma de alcanzar la inmortalidad.

... Sinceramente...













... a nadie le interesa.