A Protágoras...

jueves, 23 de agosto de 2007

PREFACIO:

Aunque la imagen superior no se logre apreciar con la claridad necesaria, ella corresponde a “La escuela de Atenas” de Rafael. Pero no nos fijaremos ni en Platón ni en Aristóteles que aparecen en el centro, sino más bien en los costados. En el izquierdo se encuentra Sócrates dialogando con Alcibíades y otros más. En tanto que en el lado contrario yace solitariamente la figura de Protágoras observando con una actitud de recelo hacia donde se encuentra Sócrates, quizás preguntándose porqué esta siendo tan escuchado por un grupo tan grande de hombres y tal vez vislumbrando inconcientemente que la tradición pecaría de ingenua los próximos veinte siglos venideros…



Me vuelvo agnóstico al aprehender como una máxima para mi vida la sentencia de Protágoras: “el hombre es la medida de las cosas”. Dicho enunciado posee un trasfondo moral, un trasfondo que me llama a no a ser un guerrero por mis convicciones, sino más bien a ser tolerante con cada opinión bien o mal fundamentada. ¿Dónde quedó el espíritu crítico que oscilaba constantemente en el espectáculo de mi vida? Simplemente se ha perdido…

Aceptar que “el hombre es la medida de las cosas” implica abrirse a un mundo variopinto, abandonar los senderos que conducen hacia teleologías eternas, donde yacen solamente las ideas de “blanco o negro”. Puede que considere a aquellos ingenuos, a los que buscan lo infinito desde lo finito, pero no tardo en comprender que dicha postura posee total validez para quienes han adoptado mencionada máxima.

De todas las posturas que puede tomar un ente capaz de preguntarse por el ser de las cosas (refiriéndome con esto al “ser humano”, aunque no me agracia ese término por ser muy técnico, ni “hombre” por ser muy generativo), esta del hombre medida es la más complicada, pues de pequeños se nos enseña y se valoriza el comulgar con un grupo de opiniones, esto es, tener convicciones. Ser agnóstico es símbolo de querer quedar bien con todos. Mas yo diría que ser agnóstico, esto es, adoptar el Homo Mensura como “filosofía de vida”, es una tarea tan ardua como la cuidar el cuerpo para los “Straightxxx”. Se debe aprender a vivir con el multiculturalismo y, más que con la carencia de una verdad absoluta, con la convicción de que todo aquello que es de carácter trascendente a la experiencia es inaccesibles para el entendimiento humano y que se debe mantener una distancia aún cuando la vida misma te pide a gritos comulgar con una opinión de carácter absoluta, es decir, una opinión terminante, decisiva, categórica…

1 comentarios:

Anónimo dijo...

siempre hay ke figarse en el kostado no komo los normales ke se figan en el centro hay sofistas buens y no han tenido un renombre.



xao