Mi amiga invisible

lunes, 4 de febrero de 2008






A mi amiga invisible, que me hizo este regalo muy connotado para mi cumpleaños. Te debo un helado grande y el martes te volverás nuevamente visible por una tarde, porque asi nos sucede: invisibles hasta que nuestras sonrisas se multiplican por una tarde...

Tantos recuerdos,
cartas en el velador,
Estrellas bajadas del cielo,
Un Ratón que aun cabe en mi dedo.
Caminatas eternas de ida al cerro
Pequeñas de vuelta
cansancio extremo.
Charlas nocturnas
hasta el amanecer,
faltando a la U
por "filosofía politica" tener.
Durmiendo la siesta en su cama

Sonrisas en otoño y
mutilados mis dedos
por el frío del invierno
Pisando escenarios noctámbulos
viendome en sus ojos,
observando mi locura de luna llena
pequeña mujer de invisible presencia
sabe que "me vaya mal o vaya bien,
siempre sabrás que aquí estaré"
Dos cucharas bastaran
para deborar
aquella dulce esencia del hielo invernal.
Regalandonos cosas
solo para recordarnos
lo viejo que nos ponemos,
pero lo mucho que nos queremos
Adiós, Princesa Durazno
Nos veremos en el infinito superfluo
de los días posteriores a lo imperecedero.


1 comentarios:

Filósofo, Sofista y Bullanguero dijo...

aunque ni leas esta entrada, ni nadie la comente, me da lo mismo. Espero este año hacerte un regalo más sublime :)

Te KeRu DuRaZnO PeLuO!!!