Me Voy pal peda....!!!

me voy terrible tarde pal peda, todos me esperan pues tengo que leer un protocolo para que pueda comenzar la clase y escribí esto que me pareció medianamente erudito... espero q te weno :S

PROTOCOLO CLASE 4/10/07

El concepto de linealidad no tiene cabida dentro de la concepción de “Historia” en el pensamiento de Foucault, salvo si se le mal interpreta anunciando que su propósito es un patente o latente retorno a los griegos, pues la idea de retorno conlleva o implica una comprensión no solo de linealidad, sino también de un origen, ese origen entendido como el lugar de la verdad.

La ausencia de linealidad altera las concepciones clásicas de lo que la historia enseña, a modo de ejemplo: ¿es Descartes, pues el padre de la subjetividad? Foucault nos enseñará la discontinuidad histórica oponiendo la figura del autor de las “Meditaciones metafísicas” a la figura de los griegos señalando, y a la vez recuperando, la subjetivación en los antiguos, siendo estos últimos los verdaderos inventores de este concepto. Es cierto que ambas concepciones de subjetividad – la de Descartes y la de los griegos - difieren entre si, pues no hay una única manera, sino distintos modos de producción de la subjetividad. En la filosofía cartesiana y su legado racionalista, se utiliza preferentemente como sinónimo de “autoconciencia” o “conciencia” de sí mismo, por la que el hombre se percibe como una unidad siempre idéntica y diferenciable respecto de los demás seres u objetos del mundo. No obstante los ojos censuradores de la tradición han puesto un velo sobre la sofística que ya se había pronunciado en el siglo V antes de nuestra era sobre el subjetivismo como aquella actitud que supone que toda afirmación sólo es verdadera para el sujeto que la pronuncia, en la misma línea, por ejemplo, que la tesis relativista y subjetivista de los sofistas, y en especial del gran genio y erudito maestro Protágoras, que sostenían que “el hombre es la medida de todas las cosas”. Esta frase ha sido interpretada de las más diversas maneras, pero parece claro que Protágoras se refiere al hombre individual, y usa el término «medida» (métron) en el sentido de criterio. Así, significaría que cada individuo humano es el criterio de lo que es, lo cual desemboca en un subjetivismo extremo que implica que no hay más realidad que las apariencias, que se manifiestan al hombre en la percepción. Misma idea encontramos en la estética de nietzscheana y su comprensión de la vida como obra de arte, en la belleza de vivir, rescatando de ahí la idea de “estilo”, de actitud propia, como la actitud propia de la modernidad impresa en el ensayo de Kant “¿Qué es la Ilustración?”, una actitud que tiene que ver con el presente, lo que Foucault llamará una “ontología del presente”.

Lo que tenemos hasta aquí es también una fórmula que ya se había enunciado en la antigüedad, pero que también quedó oculta para la posteridad. La idea de “lo que eres tu mismo”, copiada del “Alcibíades” de Platón, es un reflejo de la subjetividad misma, la vida misma queda definida como un sí mismo. Esto nos remite a la idea de arqueología que apunta a una discontinuidad histórica. Precisamente el origen como aquello que va a determinar metahistóricamente el devenir es a lo que se opone Foucault.